martes, 20 de noviembre de 2012

Crónicas XIV

Desde un tiempo a esta parte he estado ensayando la obra "Der Lindenbaumm" (el tilo) de Franz Schubert, de su ciclo Winterreise (viaje de invierno). Siendo una obra muy emocional involucra, como me dijeron, un microuniverso más amplio de lo que no hubiese interpretado antes. Lo que me ha llevado a buscar mis motivaciones a la hora de cantar esto.

Comencé con un árbol que se encuentra en un parque que compartí una vez, hace tiempo ya... quizás para mi hace tiempo. Me hizo mucho sentido imprimir el amor y cariño a un sitio común, pero hoy me doy cuenta que caí en un error, pues no expresaba mis sentimientos sino hablaba del sitio en sí.

Ahondé en la obra y sus significados, en el tilo como el hogar y en la invitación como suicidio ¿es esa la clase de cosas que deben motivarme?.

Hoy he dado con una tercera interpretación ¿nueva? a 184 años de la muerte de Schubert dudo mucho que sea nueva, pero es mía y es personal. Comenzaré como un estruendo de invierno, arrojándome sobre las notas con voraz intensidad, me arrojaré en llanto sobre el tilo y soplaré para que el viento temple con frío mi alma y el final sea un eco susurrado.

¿Catarsis? No. Pena, como el tilo pidiéndole al viajero que no se vaya.

lunes, 19 de noviembre de 2012

Memorias X

A la hora señalada
vuelan los pájaros de plomo,
de sus nidos de sangre
hacia ramas de carne.

sábado, 17 de noviembre de 2012

Corto XXXVIII

Bajo la montaña
escondo sueños
de lo más obsesos,
cercados en ríos
de sudor y bruma,
habitado por años
con mucho ruido.

lunes, 12 de noviembre de 2012

Corto XXXVII

Sobre un punto
suspenderé arriba,
una coma versada
en azulina tinta.

martes, 9 de octubre de 2012

Pequeños detalles


El chicle se masticaba en silencio en lo que antes había sido una esquina siendo  ahora una pupila, en toda su dilatada expresión. Una imagen borrosa, un esquema a la rápida, una mancha bien puesta y allí estaba. Piel con olor a tacto, ojos con sabor a beso, media coma de dejar de ser un sueño.

Un yoghurt sacado y guardado con la mano resplandeciente en una bolsa que calzaba tanto como un círculo en un cuadrado, tan iguales como la lluvia y un día soleado. Tres miradas más, le dieron pérdida a la razón. Se limaron las esquinas, se mal enfocaron los detalles y en el fondo de aquellos ojos verdes brilló el musgo como recién mojado.

jueves, 4 de octubre de 2012

Corto XXXVI

Lo que como
sabe a arena,
lo que bebo
sala mi noche,
en la penumbra,
mis labios
viven sin luna.

jueves, 27 de septiembre de 2012

Corto XXXV

Todo en ti quiere significar algo,
pero lo guardas bajo tu diccionario.

sábado, 8 de septiembre de 2012

Crónicas XIII

El mundo de antaño debió ser muy descolorido, con ropas grises y rostros polvorientos. La primavera todo un acontecimiento, pero para el resto del año los colores podían ser menos llamativos. El dinero era color, el color era, es y será precioso.

Pienso en los globos.

Me imagino a los globos como novedad, objetos ovalados de colores brillantes, casi metálicos, flotando en racimo, todos juntos en las esquinas de algunas ciudades. Pienso en niños babeando, queriendo tener uno, queriendo tener algo que vuele y tenga color, algo que flote en sueños e imposibles.

Mis globos nunca volaron. No tuve un globo que me necesitará de ancla, simplemente caían lentamente cerca. Todos de colores, con figuras y dibujos, con diseños que apenas recuerdo y que terminaron en alguna esquina desinflados al final del mes. Pero ninguno volaba.

Pienso en globos.

Miro hacia atrás, miro hacia el espejo que nos trae el pasado. En los sótanos de colores hay hombres que siguen inflando vejigas para formar globos, los cuelgan y los exhiben pero en verdad son solo bolsas con mal olor. Ninguno vuela y ninguno es primavera.

lunes, 3 de septiembre de 2012

Caminante

Tristes pensamientos iluminan mi camino bajo el manto de la suave garúa. El frescor de la liviana humedad no hace contraste con mi pesado interior, calientes nubes verborreicas a punto de romper en trueno.

Un crujiente caracol se desliza por mi suela. Al girarme está la pared, al voltearme está la pared y la puerta al frente se mantiene tibia por la sombra de un portazo.

viernes, 31 de agosto de 2012

Cosas

En aquel minuto se sentía inútil. Con su corcel perdido en el bosque y sus ropas al viento bajo el invierno del camino, se sentía bastante inútil. Los colores del invierno inyectados en sus ojos lo hacían sentir fuera de foco, sus ropas con tintes azules y escarlatas ya no le parecían tan exquisitas... por lo menos a él.

Su cadena de oro fue la primera en retumbar sobre la caída de las hojas, luego su armadura y al final sus dientes. Era un cascabel con una diana por alma recorriendo los profundos y oscuros paisajes, mientras la acuarela se desprendía del cielo.

El hacha, el asalto, el grito, la muerte. Un rojo natural se escurría sobre el húmedo pasto mientras la cara terminaba de tornarse azulada por la presión, el tintineo al arrancar todo y salir del camino antes de que fuera inadecuado. Con el saco lleno regresó a las profundidades mientras mascullaba "cosas" por debajo de las hojas.

martes, 28 de agosto de 2012

Corto XXXIV

Un lazo rojo
en el brazo
en tensión,
para desviar
la mirada del
cielo sonámbulo.

domingo, 26 de agosto de 2012

Arboles

Bajo la luna me convertí en árbol. Bajo la luna mis manos me llevaron a mis pies y mis pies me arrojaron sobre la hierba, sobre el frío y sobre el agua. Bajo la luna mis pies se fundieron buscando el barro, me deslizaron por el sembradío mientras los pájaros me miraban espantados.

Bajo la luna abracé al árbol, escuché el calor desde dentro, ecos y gruñidos enterrados desde hace tanto, enterrados bajo la luna.

Cerré los ojos y me entregué a la brisa, me entregué al viento y me encerré en la noche. Abrazado al árbol me puse nervioso, el llamado de la noche agitaba mis ojos sobre el verde y ya no quería ser árbol, deseé ser bosque.

Regresé sobre mis pisadas, sobre la inmensa huella de pasto hasta el cemento, hasta el insípido y muerto bloque sobre las raíces. Caminé hacia mi cuarto sin sentir la grabilla, ni la cerámica, ni la alfombra, sólo la Luna colándose entre los barrotes de mi ventana.

domingo, 29 de julio de 2012

Literatos

El silencio daba vueltas las páginas entre cada una de las cejas que miraban atónitas el susurro de las páginas al doblarse, obligando a los ojos a parpadear media centésima antes que el polvo se desprendiera de los antiguos tomos. El vacío que se arremolinaba ante las sorprendidas bocas, a medio verbo de entre abrirse y entre cerrase, provenían del gesto que abanicaba el ambiente de aquella tarde en el club literario.

 Aquel libro, de hojas pálidas y recién desenvuelto, con el precio a medio arrancar y las letras a medio leer, se encontraba de forma imprevista en medio de las miradas que deseaban no verlo, pero allí estaba. Aquel monolito del comentario de su dueño, era el fósil de lo que sus inquisidores hervían como un insulto literario.

La saliva escurrió por la garganta serruchando las bóvedas que se construían bajo las lapidarias miradas, apretó su libro estrujando la realidad para sí y con su jugo enjuago los labios para expulsar su mención honrosa: "Igual Dracula no tiene que ser tan bueno, ¿o si?".

El pasillo retumbo con los infartos ahogados por sendos suspiros dispersados en el vaivén de las cabezas.

viernes, 27 de julio de 2012

Corto XXXIII


El atardecer llegó tarde a su encuentro con la noche, le dio al amanecer un beso tibio y se durmió entre las sabanas de la niebla.

jueves, 26 de julio de 2012

Conservatorio

Siendo yo ajeno a este entendimiento escape presto de aquel averno y al verme rodeado de instrumentos, cogí todos para negar el regreso. A medio camino de empezar me encontré con música; música rubia, castaña y morena y siendo todos ninguno deseche mis planes al llano.

Regresé a quemar mis viejas partituras, abrazadas por el calor de la luz al brillo del fuego. Regresé a iluminar mis recuerdos y a quemar mis memorias, pero siendo simples mascaras tostadas, la futilidad del ejercicio me regalo un silencio.

martes, 24 de julio de 2012

Memorias IX


Libertad. Tan humano, tan universal, tan idílico y sin embargo tan escaso. ¿Existe la libertad a medias? Y si existe ¿es mejor que nada o solo es otro sueño para terminar despertando en un ciclo de preguntas muertas?

Esa y mil preguntas aquejan al pequeño, mientras su abierta celda lo castiga mostrando tan deliciosamente la salida, inalcanzable para unas manos que se limitan solamente a rasgar el aire entre seudo barrotes.

El sol acaricia su lomo, el viento toca su cara mientras el rocío de vez en cuando lo baña. ¿Pero que era eso si no podía escapar? Un ahogante infierno pestilente para quien no conoce de reyes ni dioses. O simplemente para quien no los comparte de igual forma.

¿Pasarán horas? ¿Pasaran días? Y más importante ¿Qué pasará? ¿Son estas mis horas finales o serán mis dolorosos días, desquiciados años o solo moribundos decenios? No temo a la muerte sino a la incertidumbre de la naturaleza misma del hecho o a la infartante naturaleza del suceso. La ignorancia basa sus raíces en el placer del aprender y sus tentáculos se basan en la premisa de aprehender a quien no busca sino es buscado por un natural placer.

Mil y un complejos para quien tiene una y mil veces para mirar la verdad o la sombra de la misma si es que realmente la verdad no esconde otra.
La noche fría cae cazando el día, comiendo con sus dientes blancos y eternos todo sonido que de por vestigio alguno la vida que trae el ojo madre de todos.

La soledad no acompaña a nuestro amigo. El ensordecedor llamado del silencio arranca de lo profundo de las intrincadas cavernas de la demencia a deformes seres, vástagos del subconsciente. Alimañas de todo tipo de color y tamaño, retorciéndose en su purulenta existencia. Van y vienen arrastrándose por recuerdos, bañando con sus líquidos viscosos cualquier recuerdo, deformándolo o quizás arreglándolo dependiendo de cuan transgredido halla esto en un comienzo. Si es que hubo un comienzo, si es que hubo algo. Porque sinceramente mi amigo, no creo en la certeza de la mente enferma pero apuesto en la sanidad de ella antes que en la enferma certeza de quien jura sanidad con insanas objeciones.

Estos gusanos, si es que realmente lo eran o simplemente se comportaban como tales pudriendo la mente de nuestro personaje, comían con hambre existencial los suculentos trozos de cordura de aquél que alguna vez la tuvo, si es que sigue teniéndola. Aquel festín fue grande y largo, digno de cualquier parasito romano y lascivo, dedicado a todas las vírgenes que esperan el sacrifico. Y aún cuando el dolor drenará su ser, nuestro pequeño se sentía libre. No del dolor en sí, no de la pena, no de la muerte. Simplemente libre.

Cuando el amanecer tocaba campanas de una incestica boda, las cuerdas del destino se tensaron ante un abrupto final para un sonámbulo de la realidad.

La bestia camina llenando el lugar con el morboso sonido del choque de las llaves que gotean húmedo y nutrido rescate. La criatura no conoce el miedo, no endiente de horas, no responde a preguntas y menos las hace. No hay rencor, no hay deseo, si existe placer es solo de una forma que pocos comprenden y conocen. Obedece al gran mecanismo de la pragmática madre.

Se deja fluir frente al prisionero. Se miran una y mil veces, y otras tantas como la eternidad del segundo les permitía para entender quién era quien. Un sudor frío reclama el dorso de cada uno así como lo había hecho antes y así como lo seguramente lo seguirá haciendo.

Nuestro amado desquiciado entendió solo en ese momento que las únicas llaves que había allí eran los poderosos colmillos que llamaban a su carne y vida.

En un sublime minuto, no hubo ideas. Las preguntas zarparon a puerto seguro, el horror intenso de sus ojos se iluminaban con algo parecido al llanto. No de pena, no de dolor, sino de la alegría que produce dejarse llevar por la marea de la eterna causalidad de los hechos a los que uno esta atado dentro de el plano inquebrantable de la incertidumbre del día a día.

Mi querido lector ojala no lo haya aburrido con este breve relato ya que ¿Qué morboso sentimiento de diversión puede despertar la muerte de una mosca a las manos de una araña?

miércoles, 4 de julio de 2012

Urbe

Los viejos pasos que nos llevan por los caminos antiguos siguen rutas eternas. Las rutas trazadas por manos de hueso, tintinean con los anillos sin valor.

Siendo la túnica una hoja al viento, coge velocidad sobre la manchada avenida sumergiéndose en las blancas paredes. Sus ojillos intranquilos volando contra las orejas, escriben con sus pupilas la historia impregnada en su sapiencia, con la floritura de su imaginación.

Marchando sobre las añoradas venas, se va topando con las coaguladas reseñas hasta que el silencio se come la ciudad. ¿Será envidia lo que brilla en el fondo de sus ojos? Quizás aquí si, en medio del silencio, en el palco de la soledad.

Avanzando sobre las avenidas gargantuescas el tiempo se estaciona sobre la alfombra de hojas, baja hacia el café y se pide un expresso. Las barbas navegan por las orillas del río bajo el cambio de luces de los magnanimos faroles y del anticuado sol. Habrá que esperar otro día para que brille el cemento contra el florido urbanismo, entre los aplausos de sus devotos expertos y de sus vagundos maestros de cartón.

domingo, 3 de junio de 2012

Tostadas

En aquella pieza de aire tranquilo, las bocas callaban y las miradas hablaban. Reunidos ambos en tertulia con té y una vela, a la espera del desquebrajante sonido metálico, de ún tostador eléctrico lejano.

Con las miradas fijas en las fijas miradas, cada uno guarda con agónico esfuerzo su pregunta, con titánico esfuerzo su respuesta. Preguntose el uno al otro, esperando del otro lo que de uno no saldría, el suyo destino que de estos días fuese y al encontrarse con "nada", nada salió a recibirlo en su morada.

Si la intriga hubiese acallado su risa, el suave sonido de papales arrugandose bajo las ropas hubiera florecido como mala hierba. Infame nada que se esconde con tinta entre pliegues de soledad y miedo ¿qué hace el uno que el otro no quiera? ¿qué no quiere el otro que el uno hace? y viceversa más todo lo contrario.

Carroñeros de respuestas, ambos con boca putrida y miradas cadávericas. Al gong del tostador se habrá roto el maleficio, se consumirán las preguntas en un beso, se quemarán los papeles en un te quiero y morirán frigidas las tostadas en su candente morada.

miércoles, 23 de mayo de 2012

Extracto II

Este es un pequeño extracto de mi libro no terminado "Viaje a la eternidad", de cuyo proceso no he de hablar ahora:

"Durante el primer mes, el segundo de los cuatro se levantó pues así lo quería. Sus hermanos lo miraron desde la tierra que calentaba sus corazones, allí oyeron su rugido:


Me daréis de comer tierra para escribir sobre flores, de mis frutos robareis para el aire el aroma a la sombra, dadselas entonces a las hojas para que alumbren los bosques en el ocaso. Al ocaso le quitareis su manto y bordareis para mí un mar coqueto que guste de jugar conmigo. Olvidareis de mí a mi mismo, al vuestro y al hambre que me consume, recordaréis mi pena y mi alegría, pero sólo los sabios sabrán cual es cierta." 
 

martes, 24 de abril de 2012

Corto XXXII

Si he de saber algo
que no sea todo.
Para temerle a nada
y creer en todos.

miércoles, 18 de abril de 2012

Actor

Extraño una parte de ti que se esconde entre los telenos que se han tejido.

De la obra que jugamos, ambos complices complicados, hay un interludio que se nos desparrama.

El segundo acto sera estridente, tanto por el sonido como por el silencio.

lunes, 2 de abril de 2012

Crónicas XII

Mentes brillantes piensan igual. En mi caso como no soy brillante, pues pienso distinto. Debió ser un gran hombre el que dijo "la mejor forma de empezar el día", o por lo menos debieron haberle pagado harto. La cosa es que hoy tuve la ocurrencia de preguntarme: bueno ¿cuál es la peor manera de empezar el día?.

Todos los días te despiertas y la realidad te concede un par de segundos de gracia para que vagues en un paraje neutro. Mi peor mañana comienza no reconociendo nada, como si mi visión estuviera a un acantilado de la razón culminando en el pánico consiente de no saber bien que hacer. Cuando mi mente se sacude la duda mi cuerpo también se despierta un poco, pero de mala forma: resfriado y con reseca.

¿Que nunca les ha pasado? Es muy sencillo. Es como si el hombre de la arena (Sandman) se hubiera tomado a pecho su función rociando sobre tus delicados ojos arena tamaño arroz del bueno. Tu nariz esta obstruida por el moco, flema en la garganta y gases etilicos intentando escapar de tu carne.

Acto reflejo: te levantas. Mala idea. Tu cerebro se sacude contra el dolor de cabeza y ahora si que no quieres que el sol brille, que los pajaritos canten y que la brisa del mar llegue a ti. Lo peor de todo es que tu mente sigue embotada con todo lo que hiciste ayer y con suerte hablas el mismo idioma con el que aseguras haber empezado el día de ayer (que hoy parece un gran día comparado a la mierda que tienes por delante).

Entonces te duchas, preparas café, te secas el pelo y... sabes que no los vas a lograr, que antes muerto que sencillo o en este caso antes muerto que ir de zombie y probablemente ser expulsado, despedido, etc. Ante semejante futuro decido volver a dormirme con algún remedio mata-bichos cogiendo el despertador de paso pues no puedo mandarme todo la mañana en cama, a lo más media mañana. Pero he aquí otro problema pues debes sacar cuentas... o sea, si debo llegar a las 10 ¿a que hora debería despertarme para llegar previo desayuno si ya me duche? humo saliendo de las orejas, sudor copioso y tiriton de manos.

Vuelvo a despertarme con ánimos renovados y con un sedado sentido de salud. Bajas la escalera, tomas tu café con un día de renovadas fuerzas... pero ¿desde cuando mi casa tiene segundo piso?.

domingo, 18 de marzo de 2012

Abuela

Comer. Vivir por la comida. Ser comida y hacer comida. Conocer a alguien e invitarlo a cenar, tener una relación para mantener sucesivas comidas donde haya más gente para comer y más comida que hacer. Aprender a cocinar. Memorizar las recetas. Aprender y memorizar como el mismo caldo que tiene agua y aceite.

Hervir. Calentar y freír. Coger y tomar. Ser parte del cocinar de la cocina, de la limpieza del fregadero, de la soledad del humo. Ser cebolla para tener cabellos de cilantro y ropa con olor a aceite, manos con grasa que relucen en los estantes limpios.

Llamarse por su nombre, por apellido o no llamarse. Mantenerse sola o vivir sola. No entender la necesidad de salir y no necesitar salir para entender. Si el mundo está hambriento es por que no cocina, por que no tiene cocina y no sabe que cocinar.

Mañana soy una misa. Mañana soy una piedra. Mañana mis recetas serán alavadas y mis comidas recordadas, la calle me olvidará y mi mano será sólo parte de mi nombre: Abuela.

jueves, 8 de marzo de 2012

Telepatas

Llevaban 3 días sentados. Ojos rojos con ojeras marcadas y ropa que daba cuenta del paso de los días.
Así eran las peleas en el matrimonio de Telepatas, un bullicioso silencio en el que insultantes encarcamientos de cejas respondian a las burlonas arrugas que escondían microexpresiones más graves.

La discusión comenzó sobre dónde estaba el azucarero ¿pero ese había sido el pensamiento de ella o era de él? él decía que lo había pensado ella y ella que lo había pensado él, o quizás él había "escuchado" a ella que él pensaba lo que ella pensaba que había escuchado de él. Más grave aún, quizás todo era el eco de sus mentes superdotadas, como un micrófono al lado de un altoparlante.

Una vez habían tenido un perro. Pero al parecer el perro se llevaba las de perder, pues era el chivo expiatorio de todos sus melodramas psiquicos. Aquel bonito Beagle termino siendo un alcohólico deprimido con cierta frustración en el sexo, incomprendido en el trabajo y de un genio bastante limitado. Cuando decidieron regalarlo, todavía mostraba cara de desentidido, pero ellos sabían que sólo era cinismo.

miércoles, 29 de febrero de 2012

Corto XXXI

La noche viene a morir
a los pies de mi puerta,
la marcha de mi polillas
le rinden culto al portal.

viernes, 24 de febrero de 2012

Cavernícolas

Los arqueologos nunca se han puesto de acuerdo en el tipo de miradas que tenían los cavernícolas. Algunos, los más osados, llegan a anunciar que existen tres tipos. Milenios antes de que la palabra osado fuera acuñada a levantar la mano y decir algo diferente, Morg lanzaba una extraña mirada tipo 3 a sus compañeros.

El pictorico grupo en su pictorica cueva iluminada por un fuego timido de salir. Todos los reunidos juntaban sus miradas, allí habían miradas 1, 2 y 3 hasta la discutida 4, que era una conjunción entre la 1 y la 3.

Morg levantó la mano y luego la bajó. Morg la bajó y luego la levantó. Las miradas se cruzaron, sumaron y dividieron, mientras pequeñas vocecillas rumoreaban por lo bajo.

Los arqueologos nunca se han puesto de acuerdo sobre el esqueleto del hominido encontrado en una cueva de Nueva Guínea. Algunos osados han dicho que murió de una enfermedad larga y longeva, otros sólo ponen una cara tipo 2.

jueves, 9 de febrero de 2012

Largo XXX

He llegado al corto número 30, un largo camino en verdad. Como forma de celebración, una extensión del Corto XXX:

Organiza para miun cuadro de tres,
invita a sus parientes
pintando un salon para ti.

Deja que el calor
abra las puertas,
ilumine la lluvia
saltando del techo
Sonríe en el ocaso
de la música del cuadro,
del eco de la lluvia
del vacío en el cuadro.

miércoles, 8 de febrero de 2012

Corto XXX

Sonríe en el ocaso
de la música del cuadro,
del eco de la lluvia
del vacío en el cuadro.

lunes, 6 de febrero de 2012

Corto XXIX

Mi hieba buena,
te falta tanto latín
que pareces otoño.

viernes, 27 de enero de 2012

Crónicas X

En la mirada ajena leí las enseñanzas de Osho, quien me ha dicho como reconocer la fuga. A pesar de la música, de las luces y del movimiento, la mirada ajena se describió y se mostró simple como ninguna.

Leo en la vida una simplesa de la que soy ajeno ¿por qué será que se me muestra compleja siendo tan simple? ¿seré yo el complicado?. El gusto de aprender de todo se me vuelve amargo cuando me pierdo en mis lapsus de ignorancia.

"¿Cómo sabes de lo impensado y de lo cotidiano eres un imbécil?" me dijeron una vez que ya quisiera olvidar. No puedo decir que me amarga pues es lo contrario, descubrir al otro y a mi mismo en los nuevos elementos me hace reimaginarme el puzle, tomar las piezas y darles una vuelta completa a ver como encajo en este nuevo paisaje.

Cuando regreso a la mirada ajena, me alegro de poder observar esto. Aunque se acompañe de una mentira, aunque se esconda subterranea al cotidiano. Con vívido sentimiento de higuera, yo le tengo piedad al misterioso cotidiano.

jueves, 19 de enero de 2012

Corto XXVIII

Aquellos ojos
que me desvisten,
de una mirada
gélida y congelada,
robada e inmortal,
son del color del que
se visten mis miedos:
indefinida gama
de mi mente miope,
mi alma daltónica.

Crónicas IX


Hubo un tiempo lejano donde no me gustaba bañarme. Ni de noche ni de día, ni por que hacia frío o por que estaba mal. Nada de nada.


Hoy que huelo a sintéticas flores de praderas ajenas y desconocidas, mezcladas en porcentajes extraños y para dar una sensación de bañado diferente entre cada una medito un poco más la cosa. Y es que el baño hoy es una de esas cosas necesarias que van en el mismo grupo del amor, el oxígeno, el agua, la comida: nos hace falta cuando falta.


Todo empezó cuando en el lugar donde vivo no había agua para bañarme, baja de presión por motivos extraños, algo así como la muerte súbita, simplemente sucede y tu quedas con mirada bobalicona extendiendo la mano al objeto más cercano, así terminas sosteniendo un extinguidor vacío por que tu abuela yace en el piso frígida y más encima te sacan una foto ¡que bonito!.


Imaginar que este eslabón en nuestra vida no estuvo siempre con nosotros, que fue introducido como un acto de progreso y vendido como un estatus sanitario, en vez de lo que es: placer. Pues nos encanta estar allí, encerrarnos en nuestro jardín acuático y que nadie nos vea, que el agua nos abrace y no se le permita la entrada a ningún otro ser, cosa o pensamiento. Por lo menos yo, no medito que debo hacer o a que hora debo ir a tal lugar cuando estoy allí. Antes de enjabonarme, previo a cualquier movimiento, mi mente fluye por el chorro y mis ideas se limpian, mi cuerpo florece para un nuevo día ¿bueno o malo? Poco importa en el invernadero de vapor en el que me protejo.


Pero hay actos personales que no compartes con nadie, esos que van acompañados con risitas nerviosas y miradas que te juzgan: mear, masturbarse, tirarse un peo, sonarse las narices con las manos, rascarse entero, etc. Es nuestro santuario, nuestro momento.


Pensando en ello también hay todo un mundo mercantil sobre objetos de limpieza ¿te acuerdas de tu primer desodorante? Es el ritual de "ya eres un adolecente, ya hueles", acabas de empezar a marcar tu existencia en el universo con tu hedor por doquier. Luego venía la segunda parte, tu debías comprar la segunda parte y te encontrabas con tal gama de productos que quedabas loco, tardabas un montón en elegir uno y luego te das cuenta que no viste los sprays, los sprays en seco y los antitranspirantes. Algo parecido con lo que les pasa a las mujeres cuando descubren las cremas para el pelo, un elemento extra para su vida, una elección final. Por lo menos ellas tienen capacidad de elegir, no como nosotros los hombres ¿qué no estás de acuerdo? Que te suden, es mi blog mis reglas.


Lo peor es oler a nada. Terminas con un hedor neutro, entre vainilla-manzana del pelo, olor a playa de malibú del desodorante, a coco por el bronceador y te hechas una colonia o perfume para neutralizar todo y más encima siempre hay alguien que te dice "me encanta como hueles", es como para pensarlo.


Por mi parte hay alguien que dice "me encanta como hueles" pero despeinado, sin desodorante y sin afeitar. Sobre todo en la mañana. En esos momentos la felicidad me abraza y su cuerpo me encierra en un jardín de cariño. Pero por sanidad me baño, uno igual debe cuidarse.

martes, 3 de enero de 2012

Sueño

Despertarse con el sudor del olvido mientras el parpadeo te desconcentra cuando intentas recordarlo. Esforzarse en la ducha a meditar sobre lo que no sabes, pintando diferentes posibilidades y matices, acariciando lo mistico y arrastrando lo mundano.

Cuando tus pasos calcinan las pestañas del mundo, la realidad te dará el parpadeo para desconcentrarte de lo real, abandonandote en el punto que se suspende ahogado en el velo aquel.

Hoy que no quieres recordar, tu cara se pinta de pesadilla, tu recuerdo se enmudece de lagrimas y tu mente se agita en las cuerdas de la cordura para no caer en la ficticia historia que hemos convinado.