Siendo yo ajeno a este entendimiento escape presto de aquel averno y al verme rodeado de instrumentos, cogí todos para negar el regreso. A medio camino de empezar me encontré con música; música rubia, castaña y morena y siendo todos ninguno deseche mis planes al llano.
Regresé a quemar mis viejas partituras, abrazadas por el calor de la luz al brillo del fuego. Regresé a iluminar mis recuerdos y a quemar mis memorias, pero siendo simples mascaras tostadas, la futilidad del ejercicio me regalo un silencio.
Tal vez por eso mismo
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―Ya no se te oye cantar por las mañanas ―dijo.
―Tal vez porque nunca canté por las mañanas ―respondió.
―Eso no es verdad. Antes lo hacías, y muy segu...
Hace 6 días
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