Comer. Vivir por la comida. Ser comida y hacer comida. Conocer a alguien e invitarlo a cenar, tener una relación para mantener sucesivas comidas donde haya más gente para comer y más comida que hacer. Aprender a cocinar. Memorizar las recetas. Aprender y memorizar como el mismo caldo que tiene agua y aceite.
Hervir. Calentar y freír. Coger y tomar. Ser parte del cocinar de la cocina, de la limpieza del fregadero, de la soledad del humo. Ser cebolla para tener cabellos de cilantro y ropa con olor a aceite, manos con grasa que relucen en los estantes limpios.
Llamarse por su nombre, por apellido o no llamarse. Mantenerse sola o vivir sola. No entender la necesidad de salir y no necesitar salir para entender. Si el mundo está hambriento es por que no cocina, por que no tiene cocina y no sabe que cocinar.
Mañana soy una misa. Mañana soy una piedra. Mañana mis recetas serán alavadas y mis comidas recordadas, la calle me olvidará y mi mano será sólo parte de mi nombre: Abuela.
Tal vez por eso mismo
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―Ya no se te oye cantar por las mañanas ―dijo.
―Tal vez porque nunca canté por las mañanas ―respondió.
―Eso no es verdad. Antes lo hacías, y muy segu...
Hace 5 días
1 comentario:
Ese sí que es todo un proyecto de vida...
Saludos
J.
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