jueves, 19 de enero de 2012

Corto XXVIII

Aquellos ojos
que me desvisten,
de una mirada
gélida y congelada,
robada e inmortal,
son del color del que
se visten mis miedos:
indefinida gama
de mi mente miope,
mi alma daltónica.

1 comentario:

José A. García dijo...

Los mejores colores son los que mal se distinguen. Mejor eso a quedarse ciego de amor.

Saludos

J.