domingo, 18 de marzo de 2012

Abuela

Comer. Vivir por la comida. Ser comida y hacer comida. Conocer a alguien e invitarlo a cenar, tener una relación para mantener sucesivas comidas donde haya más gente para comer y más comida que hacer. Aprender a cocinar. Memorizar las recetas. Aprender y memorizar como el mismo caldo que tiene agua y aceite.

Hervir. Calentar y freír. Coger y tomar. Ser parte del cocinar de la cocina, de la limpieza del fregadero, de la soledad del humo. Ser cebolla para tener cabellos de cilantro y ropa con olor a aceite, manos con grasa que relucen en los estantes limpios.

Llamarse por su nombre, por apellido o no llamarse. Mantenerse sola o vivir sola. No entender la necesidad de salir y no necesitar salir para entender. Si el mundo está hambriento es por que no cocina, por que no tiene cocina y no sabe que cocinar.

Mañana soy una misa. Mañana soy una piedra. Mañana mis recetas serán alavadas y mis comidas recordadas, la calle me olvidará y mi mano será sólo parte de mi nombre: Abuela.

jueves, 8 de marzo de 2012

Telepatas

Llevaban 3 días sentados. Ojos rojos con ojeras marcadas y ropa que daba cuenta del paso de los días.
Así eran las peleas en el matrimonio de Telepatas, un bullicioso silencio en el que insultantes encarcamientos de cejas respondian a las burlonas arrugas que escondían microexpresiones más graves.

La discusión comenzó sobre dónde estaba el azucarero ¿pero ese había sido el pensamiento de ella o era de él? él decía que lo había pensado ella y ella que lo había pensado él, o quizás él había "escuchado" a ella que él pensaba lo que ella pensaba que había escuchado de él. Más grave aún, quizás todo era el eco de sus mentes superdotadas, como un micrófono al lado de un altoparlante.

Una vez habían tenido un perro. Pero al parecer el perro se llevaba las de perder, pues era el chivo expiatorio de todos sus melodramas psiquicos. Aquel bonito Beagle termino siendo un alcohólico deprimido con cierta frustración en el sexo, incomprendido en el trabajo y de un genio bastante limitado. Cuando decidieron regalarlo, todavía mostraba cara de desentidido, pero ellos sabían que sólo era cinismo.