viernes, 29 de julio de 2022
Corto LVII
lunes, 23 de mayo de 2022
Durante la noche
domingo, 13 de marzo de 2022
Crónicas XXII
Mi relación con los amaneceres es complicada. Siempre se han romantizado los amaneceres en muchos libros y lo entiendo, son bellísimos, quizás más que los atardeceres a los cuales estamos más acostumbrados, sin embargo la energía que emana al momento del amanecer es otra, nuestra disposición al amanecer también es otra, nos ilumina el corazón y nos vincula con la tierra que también está creciendo.
Como dije, mi relación es complicada porque a través de mi vida me ha tocado muchas veces quedarme en vela y es que pasé de ser una persona que raramente me levantaba al alba a una que veía con desesperanza como un nuevo día se nos venía encima. Con ese día también la desesperanza de lo que se venía por delante, un día agotador, la angustia de tener que entregar ese día, de esa prueba que hay que dar y, quizás la peor, el dolor de saber que lo que había estado dándole vueltas toda la noche, no había tenido respuesta.
En el último tiempo empecé una nueva rutina, me levanto a las 5, me preparo para hacer ejercicio, meditar y ver el mundo encenderse. Así me reencontré conmigo mismo y con los amaneceres, ya no son un reloj implacable sino una puerta de posibilidades, sin embargo, mientras escribo esto, estoy en otra de esas noches de trabajo intenso, pensando en dormir 30 minutos para no ver el momento en que el amanecer caiga sobre mi, porque la verdad, no quiero sentir esa desesperanza, que nunca me ha abandonado, sólo la he logrado disminuir.
sábado, 19 de febrero de 2022
Crónicas XXI
Estos fuegos otoñales pareciesen no parar nunca. Recuerdo haber caminado por los desiertos de pinos y mirar desde lo alto como se quemaba todo, como nubes nuevas se forman bloqueando al sol, convirtiendo los días más despejados en tarde languidecientes, ocasos ocres y lunas amarillas. Ahora son fuegos de verano y me da miedo pensar en los del otoño, por que llegaran y serán una herida que el agua no cerrará, sino que escocerá con los vientos que se estrellen contra las murallas de humo.
Lo bueno es que el COVID nos ha quitado el sentido del gusto, del gusto por la vida y por el viento, cuando pase el fuego por sobre nosotros no sentiremos el ardor quemando nuestros pulmones, ni el sabor a yesca que se respira hoy. Todo será tan vacío, por que ya nada nos importa tanto, no queremos salir, no queremos ayudar, sólo queremos escuchar cuando deje de sonar la sirena para poder ir a comprar algo de pan.
lunes, 7 de febrero de 2022
Corto LVI
Vamonos para
la casa chico,
ante que nos
vea la muerte,
levantemos la cabeza
por sobre la hierba,
abramos las orejas
a los aguijones ciegos.
Vamonos para
la casa chico,
en mis brazos
en mi corazón
hasta mi vida,
hasta el final.
jueves, 3 de febrero de 2022
Memorias XIV
¿Quiere saber usted, lector, dónde me hallo? Me encuentro en un Abril, no en ese que se inscribe solo en el calendario. En uno de hace muchos años, uno antiguo que recuerdo a veces.
Memorias XIII
El Maestro estaba dormido. Pero todos los grandes abades duermen en la misa. La gente no lo sabe ¡obvio que no lo sabe! Es que pocas veces no le toca a él dirigir la misa, no es algo de faltar el respeto al altísimo, es simplemente cansancio. Ya verías tu a ese o aquel santo durmiendo una o dos misas en su vida. En su pecado blanco, una cosa poca. Pero hay que tener habilidad, esa que pone una mano aquí, el brazo por acá y parece como si nada hubiera pasado, cómo si pudieras recitar toda la liturgia de memoria y entera.
Soñaba con el campo, con el sol sobre todo. A veces la abadía se le antojaba húmeda y fría, y el campo ¡oh el campo! con su sol que calienta los huesos (por que los huesos le sabían muy fríos, helados, congelados, como el hielo que crece con espinas clavándose en sus carnes).
Memorias XIII
Memorias XII
Escudriñe entre migajas para alimentar mi ego, pero tan escueto pan sólo aulló en mi alma y la noción perdí en el desierto de tu ser.
De tus manos brota el agua que cura mis enfermas ansias y adormece mi hambre, aunque no borra lo escrito ni lo que se esconde en el bucal bosque.