lunes, 15 de agosto de 2011

Ella

Hacia meses que no pensaba en ella y apareciendo entonces en el portal que abrieron sus pupilas, donde el tiempo no se detuvo ni se abrio al sol, donde tampoco los pajaros se unieron en canto ni la lluvia llamo a la magia.

Su caminar era arritmico y su ojo parpadeaba de forma escabrosa, una mancha de mostaza dislocando la calle produciendo un dolor que desarmonizaba con el universo, mas él sabía que ella lo había olvidado.

El mundo abofeteo su atención cuando su codo fue atraido al cuerpo de su nueva amante y sus pestañas dieron un portazo para que el beso no escapará de aquel minimo palacio. En el lindero quedo aquella silueta conocida mirando a lo lejos como un pajaro anónimo, mitad golondrina mitad cuervo con el siempre eterno graznido "¿me habrá visto?".

sábado, 13 de agosto de 2011

Crónicas VII

Y heme allí como una coma en aquel cuento que era mi barrio, en aquella naturaleza suspensiva encarcelada por las calles, varado en ese punto melancólico regado de vez en vez y recortado según conviene.

Hoy transito como un gigante en aquella plaza, cancha, castillo, patio común y nunca una banca pasiva. La dicha siempre llenando las venas con una cínica vejez por el polvo y el polen inocuo de las risas acalladas por las malditas horas gachas.


Y hoy que la he convertido en calle, me detengo a observar su nueva melena y una vergüenza ajena germina. Soy hoy un dinosaurio de plazas con canchas de barro ante la pintura de un pasto que no fue fertilizado por una pelota que ya nadie vende.

lunes, 1 de agosto de 2011

XXIII

La brisa abrió algo más que la duda de los presentes. Los ausentes y el bosque de incontables sillas plantadas por el anónimo anfitrión, habiendo todos llegado a la hora: grandes, pequeños, barbudos, bigotudos, imberbes, juguetones, melancólicos.

¿Qué mentira se cuentan cada uno? ¿Qué nueva trae éste último? Sus pasos imprimieron un magnetismo al boceto de circulo que se esparcía en la universal bóveda. Los ojos se dieron permiso a recorrer un laberinto cacoptico y por un momento el agradable torbellino se volvió un silencioso diálogo.

"Los 22 te hemos llamado" dijo el más pequeño, "queremos saber si estás loco". Se sentó y juntó aire extendiendo los brazos para que le hicieran un poco de espacio "¿Loco? Nada de eso, ya no la añoramos ni le tememos, aquella institución que se edificó en el antiguo dogma se ha desgastado en el nuevo mundo que hemos forjado. Cuando la puerta se cierre tras de mi la locura perderá su encanto".

Un segundo se atrevió con un "¿Más felices?" y las cabezas bailaron un tango que el último solo siguió con su corazón "Si me siguen preguntando ¿qué quedará para el próximo? El cuarto preguntará una replica que el quinto callará con algún comentario que susurra al sexto y cuando la milonga se nuble ya iremos por la decima palabra ¿a que estamos jugando?". El comentario no hizo gracia y el onceavo se envaro replicando "Has sido invitado para contestar, perdón, para rendir cuentas" a lo que se le dijo "no le debo nada a nadie" y fue allí donde el doceavo se río por vez primera "vuestra palabra tiene impuesto, vuestra negativa tiene precio. Cada palabra no nació sola, se te han dado en bandeja y queremos saber que ha sido de ello ¿es demasiado pedir que nos respondamos con tus aderezos?".

"¿Será cierto ello? ¿Os debo a todos todo? Para nada, como una mierda bien gorda, para nada". "Nos niegas como todos lo hacen, somos lo que somos como la causalidad a la que nos aferramos" dijo el treceavo, "Pero la verdad es otra - según el catorceavo- eres la culmine de nuestras aspiraciones, esfuerzos y…". Cuando el grito estalló varios cayeron de bruces, pues fue algo inesperado "¡¡¡NO SOY NADA, NO LE HE GANADO A NADIE Y NO HE CONSEGUIDO NADA DE LO QUE EL QUINCEAVO SE PLANTEA, QUIZÁS HE SACIADO LAS AMBICIONES PRIMITIVAS DE LOS 3 SIGUIENTES, PERO SEGUIMOS EN LO MISMO!!!".

"¿Si eso es verdad por que llegaste, por qué siguen llegando? Acaso no fue esa la respuesta de tu 3 predecesores también? ¿Te crees especial por qué niegas todo y te crees tan miserable? La verdad es que eres feliz, quizás más de lo que hemos sido muchos los de aquí presentes y aun así recaes en un miserable error" fue el discurso del diecisieteavo que su compañero complemento "el silencio que buscamos en ti no es el que tu te replicas de no poder entregarnos, la muerte nos seguirá persiguiendo con los primeros gatos de la estación, eres tu quien te exiges una respuesta perfecta".

Con los ojos adoloridos por ésta bofeteada de razón sintió las manitas del tercero a lo que bajo su presencia para responder a "¿eres querido?", "Si", "¿eres amado?", "SI". "Entonces mira como tu puerta se cierra con un agradable silbido, cuando llegue tu turno ¿Qué preguntarás?".

El silencio fue coronado…. "¿Eres feliz contigo mismo?".