viernes, 27 de enero de 2012

Crónicas X

En la mirada ajena leí las enseñanzas de Osho, quien me ha dicho como reconocer la fuga. A pesar de la música, de las luces y del movimiento, la mirada ajena se describió y se mostró simple como ninguna.

Leo en la vida una simplesa de la que soy ajeno ¿por qué será que se me muestra compleja siendo tan simple? ¿seré yo el complicado?. El gusto de aprender de todo se me vuelve amargo cuando me pierdo en mis lapsus de ignorancia.

"¿Cómo sabes de lo impensado y de lo cotidiano eres un imbécil?" me dijeron una vez que ya quisiera olvidar. No puedo decir que me amarga pues es lo contrario, descubrir al otro y a mi mismo en los nuevos elementos me hace reimaginarme el puzle, tomar las piezas y darles una vuelta completa a ver como encajo en este nuevo paisaje.

Cuando regreso a la mirada ajena, me alegro de poder observar esto. Aunque se acompañe de una mentira, aunque se esconda subterranea al cotidiano. Con vívido sentimiento de higuera, yo le tengo piedad al misterioso cotidiano.

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