jueves, 3 de febrero de 2022

Memorias XII

Te vi escribir en tu mundo etéreo, esperé a que te fueras y busque tras la niebla pero no había nada. Me di vuelta con curiosa celeridad, pero tus miedosos pasos ya te habían llevado lejos. 

Escudriñe entre migajas para alimentar mi ego, pero tan escueto pan sólo aulló en mi alma y la noción perdí en el desierto de tu ser.

De tus manos brota el agua que cura mis enfermas ansias y adormece mi hambre, aunque no borra lo escrito ni lo que se esconde en el bucal bosque.

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