Y es que la eternidad me atormenta, su complejidad castiga día a día mi existencia y me señala mi inferioridad mientras babeo encantado.
Cada noche, cuando cierro los ojos, pienso en el cosmos y torturo mi cansada mente. Cuando el sueño acorrala la razón, veo como poco a poco la inmensidad se ve cazada por la simpleza, entiendo como la gente vive sin disfrutar de esta catarsis intelectual, entiendo como ser una mejor persona muy a mi pesar.
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