Bebí del vaso
que no puedo
quebrar,
comí del plato
que no puedo
romper,
y de mi alma
hecha triza
los pedazos
se derriten en
aquel charco
que llamas suelo.
Tal vez por eso mismo
-
―Ya no se te oye cantar por las mañanas ―dijo.
―Tal vez porque nunca canté por las mañanas ―respondió.
―Eso no es verdad. Antes lo hacías, y muy segu...
Hace 6 días
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