-... señor ¿esta bien?
La luz llego a mis ojos cuando las palabras golpearon mis huesillos, en un asiento recubierto de un cuero aspero y olor humedo.
-... señor ¿esta bien?
En el vidrio se dibujan los paisajes borrosos de los arboles que viven de borde a borde navegando en rayas difusas.
-... señor ¿esta bien?
El olor a café paso levemente al lado mío, por cortesía, toco mi hombro para que me acordará de bajarme pronto.
-Siga durmiendo, le hace falta.
Me entrego al silencio
-
Mi casa no es un santuario en el que prevalezca el silencio. Mi casa no es
un mausoleo, un cementerio, un camposanto, un monumento a los caídos en
guerras ...
Hace 19 horas
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