miércoles, 25 de agosto de 2010

Tren

-... señor ¿esta bien?

La luz llego a mis ojos cuando las palabras golpearon mis huesillos, en un asiento recubierto de un cuero aspero y olor humedo.

-... señor ¿esta bien?

En el vidrio se dibujan los paisajes borrosos de los arboles que viven de borde a borde navegando en rayas difusas.

-... señor ¿esta bien?

El olor a café paso levemente al lado mío, por cortesía, toco mi hombro para que me acordará de bajarme pronto.

-Siga durmiendo, le hace falta.

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