Dorelgam y su gato

Cuenta la historia, que más alla de donde es aca, vivía Dorelgam tranquilo y palido, de su portico se masticaba las roñosas raices de un bosque que nunca fue adolescente pero lo suficientemente viejo para vernos morir 7 veces.
No era pobre ni mendigo, ni tampoco flojo. Dorelgam quien nunca fue padre ni hijo, no tuvo pasado y nunca creyo en el futuro, vivía solo. Su casa se calentaba con el trio de los pajaros y se dormía a la cuna de una montaña.

Como un arroyo en tiempos en que cualquier río fluye con la fuerza del mar y las montañas parén y sangran pureza, existia nuestro campesino. Florecía con los cardos y se dormía con las lluvias, pues Dorelgam tenía un gato el cual era ciego, pero era los ojos del obrero pues para él, el gato era voz de razón y su faro de verdad.

Fue una tarde de invierno, que la primavera le susurro, Oh Dorelgam! no te pierda de mi, se mi eterno, se mi flor. Vive por mi, crece para mi. Enrollate en mi corazón y descansa en mi pecho del crudo invierno. Dorelgam respondio y quien cuidara de mi gato? asi la primavera paso...

Llego Verano e invito al campesino a salir: Sal hombre de manos rugosas, dejate acariciar por el vino del sol, corre entre los ríos adormecidos en mi calor y cuando llegue la hora de dormir sueña embriagado de lo que hiciste hoy y lo que quedo de mañana. Dorelgam respondio: y habra un mañana para mi gato?

El otoño llego una tarde al portico de Dorelgam, tibio y bien recibido, fue un té de color cafe, se colo por las habitaciones y llego al gato. Dorelgam le increpo que los dejaran en paz y el otoño durmio con el gato sin hacerle caso al campesino.

el invierno nunca llego, no fue invitado. Crecio silencioso en el corazon de el campesino, nunca se lo pudo sacar y en la agonia de el gato lloraba Dorelgam y su gato le respondía: dime Dorelgam, si en tu corazon llueve hoy, que florecera de mi mañana?