miércoles, 6 de mayo de 2015

De noche

Otra vez era tarde, podía calcularlo a la inversa, no que tan tarde era sino que tan temprano se estaba haciendo. Dejó sus pinzas de lado, su vista sobre sus manos y mirando el cielo, dio gracias que no todavía no hubiera amanecido aún. Qué cosa más triste empezar un día sin haber terminado el anterior, solo y helado, con un montón de cuerdas entre las manos.

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