jueves, 9 de enero de 2014

Crónicas XVII

No quiero hablar con nadie, no quiero saber de nadie. Tengo esa sensación de encontrarme con todos los desastre que he ido sembrando durante todo este tiempo y que no quiero hacerme cargo. Es que no puedo. No ahora y ese es siempre el problema, nunca es ahora, nunca puedo ver el ahora para tratar las cosas es una forma de evasión: "no puedo ahora; ahora no puedo hacer esto; ¿por qué ahora?"

Y así y así. Me gustaría saber que las cosas no son tan terribles, osea, no son terribles, nadie se muere y esas cosas, pero sigue siendo terrible. No tengo buen oído y no puedo escucharme para entonar (en el canto) y en la vida, no puedo ver el cuadro sin saber que lo que estoy haciendo va bien en realidad, pierdo perspectiva y esas cosas.

A cada ato siento como si los problemas aparecieran de la nada, comienzo a entender los problemas a medida que ya están explotando y todo va de la misma manera, no puedo salir de mi mismo. Creo que si alguien quiere saber de mí lo preguntara, pero es solo una farsa, todas las preguntas tienen respuestas vagas por que ni siquiera me respondo vagamente y le tengo miedo a todo. A lo que pensarán, a lo que dirán, a lo que me encontraré en su mirada cuando me vuelvan a observar, a probar el limite de su amor condicional o no condicional, por que yo soy muy voluble y tengo terror que la otra gente lo sea también (por que así funciona al final, ¿no? reflejos de nosotros mismos, de nuestros defectos).

Continuará...

No hay comentarios: