viernes, 21 de enero de 2011

Crónicas IV

Muchas veces me he preguntado qué he logrado o hecho en mi vida, si ha valido la pena el caminar y caerme. Muchas veces me he respondido que el único medio para avanzar es asimilar que nunca podremos estar satisfechos.

Me he autoconvencido que lo que he logrado no es mi vida en sí, si no es el suelo donde mi destino y la reacción del mundo se construyen para mi. Con estas bases la pregunta es: ¿que quiero que se construya?.

Hitler dijo que el hombre que carece del espiritú de victoria, jamás podrá vencer. Quizás es reciprocó, mi falta de convencimiento en querer vencer me hacen un hombre sin espiritú, una laguna y un piso movedizo que ha hecho de mi futuro algo difícil de levantar.

Quizás el problema es el verano, ver al mundo lleno de espiritú en lo alto y sentir la tierra palpitar a ritmo anual nos hace querer acelerar y germinar de alguna forma, pero es un hecho que cuando la fuerza estival amaine lo único que florecera serán nuevas dudas.

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