viernes, 4 de junio de 2010

101

Leí hace años, en un libro llamado Supergato, que cuando uno siente algo por una persona es incapaz de recordar el color de sus ojos, por más que trate y se fría los cesos. La imagen sublime de la belleza completada solo con los pensamientos y los te quieros, un retrato convertido en hecho solo por el cariño.

Anoche cuando dormía intente recordar sus ojos, entonces vino a mi una cara imperfecta con cuencas vacías que me atormento durante la noche manifestandose en sudor frío y emociones diversas.

Mientras escribo pienso en los ciegos, ¿que rellena un ciego cuando piensa en su amada? ¿que alcance tiene el amor al dibujar un hecho? mis escritos incapaces de escapar a mi yugo y a mis lectores ¿que imaginarán con sus palabras de amor, odio y alabanza?

Ojalá sean 101 ojos mirandolos dulcemente...

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