domingo, 1 de febrero de 2009

Q.D.E.P

La vieja sombra alumbra los recuerdos de pequeños momentos, así como alguna vez fuese el motor que mueve las ruedas de aquella conciencia que nos impulsa a adquirir, en aquel mercado mexicano, una bolsa de lagrimas y un canasto de lamentos.

Esconder la pena, huir de ella; no disfrutar de ella debería ser pecado, no por moral o masoquismo, sino porque entonces aquel día no terminaría en noche.

Prometer tampoco es bueno, la comida no será cocida aun con el mejor fuego, pues las lagrimas de quien las cocina son pimienta y veneno para el vegetal muerto.

Dar un paso no tiene sentido, sino se espera torcerse el tobillo.

T.G.L.N.

Que Descanses En Paz

No hay comentarios: