Alba no madrugues, contesta mi llamado. Ventanas abre, haz florecer el musgo, llena el foso con agua para que el verde alumbre. No respondas, deja que escarche, del mar caerán las olas y en un rumor negro todo se habrá ido.
Zumban los oídos, se humedecen las pestañas, florecen cardenales ¿a dónde has ido? ¿a dónde te he dejado ir? Vuelve querida, vuelve, vuelve... vuelve y no vuelvas a irte, aunque me finjas esa promesa y mi corazón se rompa de alegría.
Tal vez por eso mismo
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―Ya no se te oye cantar por las mañanas ―dijo.
―Tal vez porque nunca canté por las mañanas ―respondió.
―Eso no es verdad. Antes lo hacías, y muy segu...
Hace 4 días
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