-¿Cachaste esas dos minas que iban de la mano?
-No ¿cuáles? ¿esas de ahí? - Si, pero no iban de la mano, iban agarradas de la mano. Sujetas y amarradas contra lo que se les venía en contra, no se sentían aceptadas ni amadas por el mundo, iban contra él y aquella rebelión no era más liberadora que el miedo que sentían por debajo de sus tendones.-
-Igual raro ¿no?
Juguetes
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Una mezcla de admiración, envidia y odio, no siempre en iguales cantidades,
participaba de nuestras relaciones. En las de todo el grupo de niños de la
sala...
Hace 1 semana